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Madres de Santa Marta celebran la lactancia materna en una jornada de amor y aprendizaje

Un grupo de 36 madres vulnerables de Santa Marta vivió un día lleno de emociones durante la celebración de la lactancia materna organizada por Cajamag a través de su programa de Atención Integral a la Primera Infancia.
Fue un encuentro especial, cargado de actividades que buscaban fortalecer el vínculo entre las madres y sus hijos recién nacidos.
Desde el inicio de la jornada, se respiraba un ambiente de aprendizaje y solidaridad. Los profesionales a cargo del programa AIP no solo brindaron información esencial sobre la importancia de amamantar a los bebés en sus primeros meses de vida, sino que también les inculcaron a las madres el valor de cuidar, proteger y amar a sus pequeños.

Les recordaron que, más allá de nutrir a sus hijos, la lactancia es un acto de amor y comunicación que puede fortalecer profundamente la relación madre-hijo. Diana de Armas, coordinadora del programa, no pudo ocultar su alegría de estar compartiendo este espacio con las madres de los barrios más vulnerables.

“Fue un medio día mágico. Las mamitas entendieron el papel fundamental que tienen para contribuir a una vida sana de sus hijos. Ellas sin duda alguna se marcharon contentas y comprometidas a alimentarlos y quererlos mucho”, expresó con una sonrisa que reflejaba el impacto positivo de la actividad.

El testimonio de las madres presentes no se hizo esperar. Glendis Soto, del barrio Villa Betel, agradeció emocionada a Cajamag por el apoyo constante que han recibido a través de este programa. “La asistencia nos ha permitido brindarles una mejor calidad de vida a nuestros hijos y aprender sobre cómo cuidarlos de una mejor manera”, comentó, dejando entrever la gratitud y el alivio de saber que no están solas en esta travesía de la maternidad.

Jéssica Prado, residente de Ondas del Caribe, se unió a las palabras de agradecimiento. Para ella, participar en este programa ha sido una bendición. “Gracias Cajamag. Mis hijos y yo hemos aprovechado mucho esta oportunidad para afianzar nuestra relación y salir adelante”, expresó con esperanza.

La jornada culminó con un sentimiento de unión y compromiso renovado entre todas las madres. Entendieron que su labor va más allá de solo alimentar a sus hijos; implica construir un futuro donde el amor, el cuidado y la protección sean pilares fundamentales.
Mientras se despedían, muchas de ellas compartieron abrazos y miradas de complicidad, sabiendo que ese día había marcado una diferencia en sus vidas y en la de sus pequeños. Fue, sin duda, una jornada especial y profundamente emotiva que dejó una huella imborrable en el corazón de cada participante.