Una brisa suave acaricia los rostros expectantes de los niños en una pequeña comunidad rural de Magdalena. De repente, el sonido del motor del Bibliobus de Cajamag rompe la quietud, y una ola de emoción recorre a los pequeños que se ubican alrededor de la colorida biblioteca móvil.
Este vehículo, cargado de libros y tecnología, ha llegado para ofrecer una jornada inolvidable de aprendizaje y diversión.
El Bibliobus, bajo el eslogan ‘Letras que viajan en ruedas’, no es solo un recurso educativo; es una experiencia transformadora que lleva el mundo de la lectura a zonas donde los libros no siempre están al alcance.
Los promotores de lectura de la Caja de Compensación Familiar del Magdalena han creado un espacio donde los niños pueden aprender mientras juegan, sumergiéndose en historias y actividades que despiertan su curiosidad y creatividad. Melissa Colinas, bibliotecóloga de Cajamag, este año es una de las fuerzas motrices detrás de esta iniciativa que desde hace décadas lidera la Caja de Compensación Familiar de Magdalena.
Visiblemente emocionada con esta labor relata que: “Cada visita del Bibliobus es una oportunidad para enriquecer las vidas de los niños y sus familias”. También cuenta que “ofrecemos lecturas de cuentos digitales e impresos, actividades en el computador y juegos tradicionales que fomentan el amor por la lectura y el conocimiento”.
El calendario del Bibliobus está cuidadosamente planificado para llegar a diversas comunidades del Magdalena, tanto urbanas como rurales. La expectación crece a medida que se acerca la fecha de su visita. Los padres acompañan a sus hijos, deseosos de participar en las actividades y de ver cómo sus pequeños se sumergen en el mundo mágico de los libros y la tecnología.
Durante las visitas, el ambiente se llena de risas y descubrimientos. Los niños se sientan en pequeños grupos, atentos a las historias que se despliegan en las pantallas de las computadoras o en las páginas de los libros. Entre las actividades favoritas están los juegos educativos que, de manera lúdica, enseñan importantes habilidades. “Es una alegría ver a nuestros hijos tan involucrados y felices”, comenta un padre mientras observa a su hija explorar un libro digital. Otra madre señala: “Agradecemos a Cajamag por brindar estas oportunidades de manera gratuita. Es un regalo inmenso para nuestras comunidades”.
El impacto del Bibliobus es palpable. Cada parada no solo enriquece las mentes jóvenes, sino que también fortalece los lazos de la comunidad. Los niños no solo adquieren conocimientos, sino que también desarrollan una pasión por la lectura que puede cambiar el curso de sus vidas.
Así, el Bibliobus de Cajamag continúa su recorrido, llevando educación y alegría a cada rincón de Magdalena. Este proyecto demuestra que, con compromiso y creatividad, es posible acercar el mundo de los libros a todos los niños, independientemente de donde vivan.
Con cada visita, el Bibliobus deja una huella en los corazones de quienes aceptan su invitación, y se contribuye a construir un futuro más brillante a través de la lectura y el aprendizaje.